Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que hoy se acaba la última industria auxiliar que daba servicio en el territorio del Marco del Jerez. Durante los últimos veinte años hemos visto y sufrido el cierre de industrias y empresas que durante el siglo pasado dieron prosperidad y desarrollo a Jerez y a los jerezanos y jerezanas. Tapones, cartonajes, etiquetas, transportes, artes gráficas fueron abandonando paulatinamente su presencia en la ciudad, con la consiguiente pérdida de puestos de trabajo y riqueza.
Quedaba la fábrica de botellas.
El único horno que hasta ahora moldeaba las míticas botellas del marco del Jerez se apaga hoy para siempre, y con él un sentimiento de pesar nos embarga a todos.
Macarena, cuando sea mayor, podrá decir con orgullo que su padre, desde Jerez, le puso su nombre a un color.