Cuatro años ha tardado el Tribunal Constitucional en dictar Sentencia sobre los distintos recursos interpuestos contra el Estatuto de Autonomía de Cataluña, aprobado por referendum el 18 de junio de 2006.
El Tribunal declara inconstitucionales 14 artículos y reinterpreta otros 23. Teniendo en cuenta que el Partido Popular había recurrido la constitucionalidad de 114 artículos, la conclusión es que se ha producido un claro respaldo al texto aprobado por el Parlamento catalán y las Cortes Españolas.
La precampaña electoral catalana acaba de dar su pistoletazo de salida y les ha faltado tiempo a los distintos partidos políticos en manisfestar su posicionamiento sobre la recientisima Sentencia.
En democracia las Sentencias de los Tribunales se respetan y se acatan, aunque no estemos de acuerdo con ellas. Este principio es aplicable a todos los ciudadanos, empresas y administraciones públicas.
Durante estos cuatro largos años, las partes han podido aportar las pruebas y los argumentos que a su derecho han interesado en defensa de sus posiciones y, por tanto, la Sentencia responde a la pulcritud del procedimiento seguido por el Alto Tribunal.
Las reacciones contrarias al contenido de la Sentencia por los distintos partidos políticos son respetables pero en ningún caso deben conducir ni a un choque de trenes, como se ha dicho, ni a la ruptura de Cataluña con el resto de España.
La normalidad, la tranquilidad y la aplicación de las leyes son la garantía de un sistema democrático como el español que tantos y tantos años nos ha costado conseguir.
Visca Catalunya, Visca Espanya.
