Enterado de las agresiones e insultos a periodistas españoles en un tribunal marroquí no puedo evitar manifestar mi condena sin paliativos a estos hechos incalificables.
Las agresiones sufridas por Antonio Parreño, corresponsal de TVE, y por Eduardo Marín, corresponsal de LA SER, se producen dos días después de que el Ministro de Exteriores de Marruecos criticara a la prensa española.
Es dificil admitir cualquier disculpa por estos hechos y mucho menos cuando se producen en el seno de un tribunal de justicia.
El Ministerio de Exteriores ha lamentado estos hechos y pide al gobierno de Rabat que los aclare.
Así no.