lunes, 21 de septiembre de 2009

EL PENDULO DE FOUCAULT


Reproduzco el artículo publicado en el día de hoy en el Diario EL PAIS por Ana Huguet. Sin duda un artículo que refleja el declive de una ciudad que lucha por salir de la situación a la que ha llegado en estos últimos veinte años. Es difícil pero no imposible. No es bueno, nada bueno, aplicar la amnesia ante una situación tan dura como la que refleja el artículo. Por supuesto que hay que seguir mirando hacia atrás para explicar cómo se ha llegado a la situación actual y quienes son los responsables para evitar los errores del pasado. También hay que mirar hacia el futuro con ilusión sabiendo el enorme esfuerzo que como sociedad debemos hacer para que los jerezanos del mañana tengan un Jerez mucho mejor del que nos hemos encontrado. Y si bien en el horizonte de Jerez se pierdan las chimeneas, sean sustituidas por simbolos que representen a las nuevas industrias que empiezan a aterrizar en la ciudad y ojalá que pronto podamos verlo.


Un horizonte sin chimeneas


La actividad industrial desciende en Jerez un 80% en las dos últimas décadas
EL PAIS/ANA HUGUET - Jerez - 21/09/2009

En las calles de Jerez ya no huele a vino. Cuando sopla el viento de levante no se olfatea la remolacha. En el perfil de la ciudad ya no quedan chimeneas. El ladrillo sustituyó a la industria.

La Denominación de Origen de los vinos de Jerez atraviesa una profunda crisis. La Organización Común del Mercado (OCM) del azúcar ha cerrado dos plantas productoras de la comarca y, en los últimos días, la multinacional francesa Saint Gobain Vicasa ha anunciado el cierre "inminente" de su fábrica de botellas.


El desmantelamiento industrial de la quinta ciudad de Andalucía en población se refleja en cifras. A principios de los años noventa, el sector industrial copaba el 86% de la economía. Ese porcentaje queda reducido hoy al 6%.


La Confederación de Empresarios en la Provincia de Cádiz (CEC) advierte de que "urge reflotar la actividad industrial" y los sindicatos recuerdan que ya en 1993 pidieron a las administraciones que se declarara a Jerez como zona de reindustrialización preferente.


Los archivos escritos y gráficos de José Manuel Trillo, dirigente sindical de CC OO en Jerez desde 1976, recogen que en la época dorada de la ciudad, hace menos de 20 años, había grandes bodegas por todo el casco urbano, tres plantas azucareras, una industria de cartonaje con varias divisiones abiertas, empresas de etiquetado selectivo, una industria de corcho, otra de madera con decenas de tonelerías, una central de producción de leche Puleva y una fábrica de botellas de vidrio con tres hornos en activo y más de un siglo de historia. Hoy, el mayor empleador de Jerez es el Ayuntamiento, con una plantilla que supera con creces las 2.000 personas.


La industria del vino y sus empresas auxiliares han pasado de generar 32.000 puestos de trabajo a los 5.000 actuales que contabiliza el propio Consejo Regulador. La cifra de empleos disminuye, la venta de los caldos sigue descendiendo y los excedentes asfixian al sector vitivinícola, que ya ha pedido a la Junta ayudas públicas urgentes para poner en marcha una reestructuración.


La caída del sector del azúcar ha sido fulminante. Sólo queda una de las tres plantas molturadoras que había en la zona. El último cierre llegó en noviembre de 2007 por el descenso en picado de la producción y un recorte en el precio de la remolacha que alcanzó el 40%. Fue la consecuencia de la OCM aprobada en Bruselas.


El anunciado cierre de la fábrica de botellas es aún más difícil de encajar. La planta jerezana es rentable y sus beneficios han servido a la francesa del vidrio para abrir centros de producción por todo el país. El descenso de la actividad de esta factoría jerezana ha sido progresivo. De los tres hornos ya sólo queda uno. La plantilla actual apenas es una tercera parte de la de antes. La retahíla no acaba aquí. A duras penas sobrevive en Jerez la cementera Holcim, inmersa en un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) temporal que afecta a casi la mitad de la plantilla por una disminución del 43% de las ventas. Para terminar, la industria complementaria del turismo de negocios se ha estancado con la paralización, hace más de un año, de la construcción del futuro Palacio de Congresos.


El Ayuntamiento en estos años trata de propiciar una diversificación de la economía basada en tres apuestas: la industria agroalimentaria, el sector aeronáutico y el del automóvil. El Parque Tecnológico Agroalimentario (PTA) dispone de más de 60 hectáreas. Ya se han implantado 30 empresas que dan empleo a más de un millar de personas y se espera, al menos, duplicar esta cifra en 2014.


Junto al aeropuerto de Jerez se levantará un polo aeronáutico de otras 30 hectáreas. La empresa de producción automatizada de estructuras de fibra de carbono Atlántica Composites será la primera en instalarse. Empezará a funcionar en 2010 y pretende llegar a crear 200 empleos.


A la espera de que otras firmas puedan aterrizar en este polo industrial, se confirma la ubicación en Jerez de la fábrica de todoterrenos asiáticos Zahav. La producción de los primeros coches se espera para 2011 y requerirá, en una primera fase, de 150 trabajadores que, en 2013, podrían llegar hasta los 600.


A la espera de que estos proyectos lleguen a cuajar y mientras las Administraciones deciden o no apostar por un Parque Tecnológico Agroalimentario como centro de transformación, envasado y venta de productos alternativos que se cultiven en los ya modernizados campos jerezanos, el tiempo no corre a favor de una ciudad sin rastro de chimeneas.