La democracia española está jugando los últimos movimientos de una partida de ajedrez que llevamos jugando hace más de treinta años. Una partida de ajedrez que ha traido desolación y muerte a todos los rincones del País. Sufrimiento, esfuerzo, tragedia, rabia, ira contenida, sed de justicia, confianza en las instituciones, tiempos duros y dificiles. Parece que el final del tunel está cercano, que se ve la luz del fondo.
Hay que analizar todos los movimientos para acabar de una vez y por todas. Hay que ser prudentes, muy prudentes y desconfiados, muy desconfiados pero parece que, al fin, las negras juegan y ganan.