domingo, 17 de octubre de 2010

VICTORIA Y VENUS


Con las dos me pasó lo mismo. Fue en París. Visitando, lamentablemente con prisas, debo volver, el Museo del Louvre.
Allí están, entre otras muchas joyas.
Con ambas el encuentro fue fortuito, inesperado.
Sabía que estaban allí, como el cuadro de la Mona Lisa, la Gioconda, pero no era consciente de que al volver una esquina me las iba a encontrar de frente. Dos joyas de la humanidad, dos obras de arte que te llegan al alma, que te sobrecogen. Me llevaría horas y horas admirándolas emocionado. Son la Victoria alada de Samotracia y la Venus de Milo.