Ya se que no hay palabras para describir cómo se quieren a los hijos. Se quieren tanto que la vida propia no se imagina ya sin ellos.
La vida hará que tengan la suya propia, que vuelen alto y lejos.
Van creciendo con los años y nos van sorprendiendo dia a dia.
Nos van marcando el alma con sus risas y con sus llantos. Se que es imposible impedir que sufran, que tienen que ser ellos mismos, como nosotros lo fuimos, por eso su risa llena la casa de alegría y optimismo.
A menudo los hijos se nos parecen,,,